¿Te has detenido a ver cómo está tu planeta tierra? Sí, ese que gira
alrededor del Sol. ¿Has notado como a diario mueren sus ríos y árboles? Como
cada día se siente más
lejano el canto de los pájaros, la contaminación que tapa las estrellas y el
hueco de la capa de ozono que amenaza con engullir la vida? Llenos de ruido y de prisa, somos incapaces de
observar la realidad que hemos creado. Dios dijo: “Porque así dice Jehová, que creó los cielos. Él es Dios, el que formó
la tierra, el que la hizo y la compuso. No la creó en vano, sino para que fuera
habitada la creó…”. Isaías 45:18 Dios creó la tierra para que pudiéramos
disfrutar de ella y de sus recursos y para que los usáramos sabiamente. Por
ello decide hoy cuidarla: generando menos basura (mucho de lo que botamos puede ser
reusado), elige qué comprar (si realmente lo necesitas), adquiere productos
ecológicos (revisa si poseen etiqueta de ecología), adquiere gasolina sin plomo
que no contribuye con el calentamiento de la tierra. Revisa tu carro, mantén
una bolsa dentro del mismo, donde puedas colocar los desperdicios que se
generen. Revisa el tubo de escape. Bota la basura en los lugares establecidos
para ello, clasifica tu basura en compuestos orgánicos e inorgánicos (y
promuévelo, si tu lo haces, otros también lo harán). Apaga las luces cuando no
las uses, desenchufa los aparatos al salir de tu casa, utiliza bombillos
ecológicos. Todo
lo que puedas hacer por tu planeta, “hazlo con todas tu fuerzas”. Si todos
colaboramos, podremos decir “Así, da
gusto vivir”
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